lunes, 27 de septiembre de 2010

El titubeo sindical

La entrevista es un género que, a mi particularmente, me fascina. Y es una verdadera lástima que se esté perdiendo ese buen hacer que había hace unos años. Las entrevistas de hoy en día adolecen de mordiente, lo cual las hace parecer sesiones de masaje con aceites balsámicos que dejan al entrevistado como recién salido de un spa.
Y parece que al prograna "La Noria" de Telecinco, le ha dado últimamente por las entrevistas politicas. Esta semana, y como no podía ser de otra manera, ha acudido el Secretario General de UGT, Cándido Méndez, que de cándido no tiene más que su nombre.
Una horita de pasteleo, donde no se dijo nada más allá de lo que ya sabíamos. Claro, que el cartel de entrevistadores no auguraba nada bueno: Maria Antonia "Pitbull" Iglesias, Alfonso Rojo (¿¿rojo??) y Pilar Rahola. Menuda panda.
El caso es que se suponia ya de antemano que la entrevista, lejos de ser imparcial, iria por los derroteros que marcaran las ideologías de los encargados de hacer las preguntas, y así fue. El caso es que el señor Cándido, como casi todos, se fue de rositas.
A pesar de todo, pasó por momentos de apuro. Repitió varies veces la consigna de que es la huelga más necesaria e importante de la democracia española, lo cual me suena a declaración del cantante de turno, para el que su último disco siempre es el mejor. Pues esto igual. Pero ese titubeo en su voz... 
De hecho, sus palabras le delatan: "Hacemos huelga porque no nos queda otro remedio". Asi no se hace sindicalismo. Así nadie va a compartir sus motivos para convocar la huelga, que como ya he dicho en otro post, los hay de sobra.
El señor que está en el paro, o el que sabe que su puesto pende de un hilo, o al que están obligando a hacer más por menos... Esos quieren un representante que de puñetazos encima de la mesa, que les defienda como una leona a sus cachorros, es decir, como se hacía antes, cuando quedaban sindicalistas con valores e ideales. No puede ser que un sindicato sea tibio o ardiente en función del color del gobierno de turno. Tiene que ser dialogante mientras se pueda dialogar, y rabioso cuando se trate de recortar e imponer decretos en contra de los trabajadores. Gobierno de izquierdas o de derechas da igual.
El caso es que, al final, lo único que quedó claro es que el Sr. Méndez tampoco cree que esta huelga vaya a servir para algo. Ni se le preguntó por las movilizaciones previstas en caso de que la huelga no logre su objetivo, ni se le preguntó por la manera de negociar la reforma laboral, ni por qué no se había planteado una huelga mucho antes... Nada. Agua de borrajas.
Esa permanente sonrisa que mantuvo durante toda la entrevista es una falta de respeto a los 5 millones de parados españoles, y a los que sabemos que en cualquier momento nos largan. Menos risas y más ceño fruncido, más contundencia y un poquito de vergüenza. Es lo que único que se le pide a un lider sindical.

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