martes, 28 de septiembre de 2010

La reforma laboral, ¿bien negociada?

En mi primer post ya anunciaba que expondría mi opinión acerca de como creo que debería haberse afrontado la negociación de la reforma laboral. A un día de la Huelga general covocada por los sindicatos, creo que es el momento de exponer mis reflexiones.

Antes de nada, en el siguiente enlace encontraréis el borrador de la reforma, que fue el que se aprobó finalmente:

http://www.elmundo.es/especiales/2010/06/economia/reforma_laboral/index.html

Todo parte de la falta de acuerdo entre los agentes sociales en varios aspectos, el más importante o al menos el más polémico, la rebaja de los días de indemnización por despido improcedente. Aunque la cosa va mucho más alla. Vayamos por partes.

Creo que los sindicatos afrontaron las negociaciones de manera equivocada, confiando que el gobierno, siendo socialista, mostraría una postura más cercana a ellos que a los empresarios. Primer error: corren tiempos difíciles, y este gobierno, desgraciadamente, parece que se está alejando del socialismo que defiende. No se puede afrontar una negociación de esta índole partiendo de puntos innegociables. Todo es suceptible de ser negociado, o al menos debería serlo. De eso se trata, de "dar a cambio de...".

Yo habría puesto encima de la mesa un trato: rebajemos la indemnización por despido improcedente a cambio de eliminar todos los tipos de contratación existentes, dejando como única opción el contrato indefinido. Si los empresarios aseguran no contratar fijos por culpa de lo abultado de esa indemnización, de acuerdo, la rebajamos a menos de la mitad. 20 días por año. Pero a cambio, no permitimos otra contratación que no sea la indefinida.
Pienso que el problema de la falta de indefinidos en España no se debe a esa indemnización, pero podría haber sido un inicio. A partir de ahí, todo sería ir negociando.

En cuanto al resto de temas aprobados, el tema de justificar los despidos por causas económicas es algo que el Gobierno debía haber analizado más detenidamente. O al menos, haberlo aprobado redactando en el decreto que se haría siempre tras una investigación previa, y decidiendolo un juez. No puede ser que un empresario con mucho morro se las apañe para poner en la calle, en cuanto tenga un mal año, a media plantilla, y por cuatro duros.

Del resto de temas, que son muchos y muy variados (salvo el asunto de los convenios colectivos y la clausula de inaplicación de salarios, a mi juicio una aberración que el gobierno jamás debia haberse planteado), todos se  podrían haber negociado y aceptado sin mucho esfuerzo, aunque su efectividad a mi juicio será muy escasa : reducciones de jornadas en épocas de crisis, movilidad geográfica, fomento del contrato para jóvenes, etc. Todo me parece bien si con ello permitimos a los trabajadores conservar su puesto de trabajo.

No me quiero extender más. Esta reforma se compone de muchos puntos, y analizarlos uno por uno al detalle me llevaría demasiado tiempo. Solo expresar como conclusión que el ansiado acuerdo en materia laboral entre patronal y sindicatos habría sido mucho más sencillo si estos últimos no se hubiesen cerrado en banda a la reducción de la indemnización por despido. Creo que se podría haber usado como moneda de cambio para conseguir otras cosas muy beneficiosas para el mercado laboral español.

Nota final: De la actitud de la patronal en esta negociación (como en todas), mejor no hablar.



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